¿Qué hay de nuevo, viejo?
Hace 3 años desde mi última entrada y si bien en el plano personal mi vida es bastante más compleja, en el tema de la práctica y el entrenamiento, que al fin y al cabo es de lo que trata este blog, no ha habido tantos cambios.
Todo este tiempo he seguido practicando Aikido, aunque es cierto que llevo un par de meses en el dique seco, tal vez fruto de haber pasado de examinarme de nuevo por segundo año consecutivo y el consiguiente bajón en la motivación. Espero que sea solo un bache pasajero y estar de nuevo enganchado a la práctica en breve.
También entreno regularmente esgrima. No persigo ningún otro objetivo que el puro divertimento y el de mejorar la técnica, como reto, sin más.
Continuidad
Es curioso pero tras unos cuantos meses, no podría hacer otra cosa que transcribir, palabra por palabra la entrada anterior. Las sensaciones que me transmite tanto la práctica del iaido como la del kendo son geniales. Son un reto continuo, que me obligan a avanzar y avanzar sin pausa, a corregir todos los mil y un detalles que cada vez que muevo un solo brazo puedo vislumbrar.
Se que estas mismas sensaciones las puedo encontrar en mi práctica de aikido, pero no se porque, últimamente me cuesta mucho. Sospecho que es una crisis a raíz del examen del año pasado, y que durará hasta que encuentre nuevas metas y alicientes en mi práctica, por eso considero realmente importante que, aunque baje el nivel de entrenamiento, aunque disminuya los días de práctica, lo que nunca puedo hacer es dejar de entrenar, nunca puedo dejar de buscar ese destello, que se que tarde o temprano llegará.
Abriendo la mente
Finalmente me he decidido. Hace bastante tiempo que decidí que sería más que interesante, y también útil el practicar algo distinto al Aikido. Si además de algo que me resulte atractivo e interesante es fácil de compatibilizar con el Aikido, entonces la solución es perfecta. Desde hace aproximadamente un mes he comenzado a entrenar Iaido y Kendo. En un primer momento, me atraía sobre todo el Iaido, en parte porque es bastante habitual su práctica entre los aikidokas y por otro porque las cualidades que se trabajan como la concentración y la capacidad de reacción me parecían realmente útiles. Confieso que no me ha defraudado, pero lo que ha sido una auténtica revelación para mi es el Kendo. No esperaba que me llenara tanto y que a la vez me divirtiera, y de que forma.
Creo que el Kendo es en parte el reto que buscaba, ya que me obliga a trabajar de forma distinta a la que estoy acostumbrado y con mil y un detalles a los que prestar atención, es salirse completamente de la zona de confort. Un auténtica camino del que puede llevar muchos años solo vislumbrar los primeros resquicios del mismo.
No se me puede olvidar hablar del genial grupo que hay aquí en Granada y que me han recibido con los brazos abiertos, el Club de Kendo Zanshin Andalucía.
Buscando un camino
Llevo un tiempo meditando sobre cual es mi camino en el budo, que al final es también un camino en la vida. Hace ya algunos años que practico Aikido, y me llena, aunque pienso que como todos, tenemos nuestros momentos duros, de frustración, esas dudas que nos hacen plantearnos si estamos en el camino correcto y si no habría tal vez que coger algún desvío. Me gusta probar cosas nuevas, cosas que creo pueden enriquecer lo que hago y cómo lo hago. Creo que mi camino está más allá del Aikido, o del Kendo, o del Iaido, o de cualquier otra arte marcial, es un camino de realización, un viaje hacia ti mismo, en la que la práctica es una herramienta, el cayado en el que te apoyas durante la ruta.
Es un camino que, cada día tengo más claro, tienes que recorrer por tus propios medios, lo que finalmente se convierte en seguir tu propia y particular ruta. Cada uno somos también nuestras circunstancias y cada uno tiene una idea distinta sobre que significa para él esta vía del budo. Existen preguntas a las que cada uno debe dar sus propias respuestas: ¿qué buscas? ¿qué sacrificios estás dispuesto a hacer? ¿cómo pretendes avanzar por ese camino?
Muchas veces estarás acompañado, quizá durante mucho tiempo, pero la única compañía constante, la que persistirá en las etapas fáciles pero también en las difíciles serás tu mismo.
Shin Gi Tai
Este libro de Michael Clarke: «Shin gi tai», está siendo una revelación para mi. Su manera de entender el karate y el camino del budo, la sinceridad y a la vez la pasión con la que transmite su experiencia. Un libro 100% recomendable a cualquiera interesado en las artes marciales (cualquier arte marcial) como camino de auto realización.
Nuevas experiencias
Esta semana, por distintas circunstancias, mi entrenamiento de Aikido se ha limitado a un único día. Viendo distintas posibilidades, tengo la posibilidad de practicar hoy esgrima antigua.
La verdad es que no tengo mucha idea del tema, pero ya sabéis que me encanta probar cosas nuevas y realmente esta es una opción realmente interesante. Además me permite aunque sea por otros palos, volver a coger una espada.
Regreso después de una larga lesión
Este verano tuve una lesión en la rodilla, que si bien en un principio me tubo completamente parado, después me ha mantenido en un perfil bajo en cuanto a hacer deporte se refiere. De hecho, las principales molestias las tenía (las sigo teniendo) al plegar la pierna, por tanto el aikido ha sido el más damnificado.
Ahora por fin parece que las molestias van remitiendo y con ciertas reservas aguanto por fin una clase de aikido completa. Vamos a ver si de nuevo pillamos el ritmo.
Recuperación
No hay nada para sentirse mejor, que entrenar duro y sin pensar demasiado. A veces, darle vueltas a la cabeza es bastante contraproducente. El progreso solo viene con el trabajo, el trabajo y el trabajo.
Depresión
Tal vez sea un poco por el esfuerzo realizado estos últimos tiempos, pero desde hace unos días mi nivel anímico es realmente bajo, y mi nivel de salud (supongo que todo va en conjunción) también. El caso es que mi última clase de aikido ha sido realmente deprimente y el hecho de estar resfriado no me sirve para nada de consuelo.
Espero superar este bache, y coger nuevos ánimos para todo lo que me espera más adelante.
Examen
Este sábado realicé mi examen de 3º Kyu. 2 horas de clase previas y finalmente ya cerca de las 3 de la tarde el examen. Los tan temidos nervios prácticamente no aparecieron, y el cansancio acumulado consiguió, o más bien me obligó, a mantenerme relajado. No me sentí mal, al revés, bastante cómodo, aunque como es normal, me di cuenta de muchos fallos y numerosos puntos sobre los que tengo que trabajar más. En fin, un test del que como resultado obtengo muchas más fuerzas y ganas para seguir trabajando y mejorando.
Lo mejor del examen sin duda, mis compañeros, los que se examinaron y los que no, los de aquí y los de allí.
Un hueco libre 